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Guimarães es una ciudad portuguesa del Distrito de Braga. En 2001, su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y en 2012, junto con Maribor fue Capital Europea de la Cultura.
La ciudad de Guimarães está repleta de gente y turistas que pasean por sus calles preciosas, o visitan los monumentos históricos.
El Palacio de los Duques de Braganza fue mandado construir por Alfonso, futuro duque de Braganza, en el siglo XV. En el siglo XIX fue convertido en cuartel, y a mediados del siglo XX, tras un período de abandono, fue restaurado y posteriormente convertido en museo de las aportaciones de los portugueses de la época de los Descubrimientos.
Además de su función como museo, este palacio fue, en su segundo piso, adaptado como residencia oficial del Presidente de la República Portuguesa, cuando debe viajar al Norte de Portugal.
El castillo de Guimarães está muy unido al inicio de la historia nacional de Portugal. La condesa gallega Mumadona mandó construir en este lugar, hacia 968, una fortaleza para defender la plaza. Fue ampliado después por Enrique de Borgoña, conde de Portugal.
Está dominado por una torre del homenaje cuadrangular, situada en el centro entre cuatro torres que flanquean las murallas. Hasta finales del siglo XIV el castillo de Guimarães presenció los combates decisivos para la defensa de la integridad del reino de Portugal. Fue restaurado en la primera mitad del siglo XX con su aspecto original.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Oliveira, perteneciente a un antiguo monasterio, fue fundada por Alfonso Henriques. Ante la puerta principal se encuentra el Padrao do Salado, un pequeño templo gótico del siglo XIV con cuatro arcos ojivales que alberga una cruz que fue donada por Pero Esteves, un comerciante de Guimarães residente en Lisboa, en 1342. Mandado a construir por el rey Alfonso IV de Portugal, es el único monumento para conmemorar la victoria en la Batalla del Salado.
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