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Suiza, limitada con cinco países ( al norte Alemania, al oeste Francia, al sur Italia y al este Austria y Liechtenstein), puede ofrecerte auténticos paisajes.

Empezando por Ginebra ubicada en la frontera con Francia, es la segunda ciudad más poblada de Suiza después de Zurich. Una ciudad construida y formada para el peatón, las bicicletas y el transporte urbano. Con numerosos parques, museos, bibliotecas el Gran Teatro y la Orquesta de Suiza que llenan la ciudad de gran riqueza cultural.

Otro edificio que se incluye en la ruta turística es la catedral de San Pedro, construida en los siglos XII y XIII. En 2007 fue considerada Patrimonio Europeo. Debe su fama a Juan Calvino uno de los máximos exponentes de la Reforma Protestante. El monumento a los reformadores, la casa en la que nació Rousseau o el Palacio de las Naciones Unidas. Otro de los atractivos turísticos de la ciudad es el lago de la ciudad que se junta con el Ródano, y su Jet d’Eau, un chorro de agua que alcanza los 140 metros de altura.

Les Grottes, o también conocido como Los Pitufos, es un conjunto de edificios que, por su forma arquitectónica, recuerda a Gaudí. 

Por otro lado, otro de los sitios de naturaleza más bonitos de la ciudad es el Lago Lemán que hace de frontera entre Suiza y Francia. Desde su orilla se pueden ver los Alpes y con ellos el Mont Blanc con sus 4.810 metros, la montaña más alta de Europa.

Continuamos por la capital de Suiza, Berna. Se pueden encontrar numerosos miradores donde hacer fotos de la ciudad entera y sus tejados. Uno de los lugares más característicos de la ciudad es el foso de los osos, aunque en los meses de frío están hibernando y no se pueden ver, que fue lo que me pasó a mi. Aún así, se puede disfrutar de unas vistas diferentes de la ciudad.

La preciosa zona histórica de Berna, después del incendio que sufrió en 1405, fue reconstruida con la piedra arenisca de color verde grisáceo, dejando atrás la madera. Su calle principal Gerechtigkeits donde se encuentran las famosas fuentes de Berna y su Torre del Reloj. Toda la calle tiene un aire medieval, 6 kilómetros de soportales, tiendas y bares en bodegas subterráneas.

Cruzando la frontera francesa, se puede visitar Annecy situada a la orilla norte del Lago de Annecy, también conocida como la Venecia de los Alpes. La ciudad recoge numerosos monumentos turísticos como el Castillo, la antigua residencia de los condes de Ginebra donde actualmente se encuentra el Conservatorio de Arte e Historia de Annecy. La Catedral de San Pedro, la calle Saint-Claire y románticos arcos o la calle Royale con sus numerosas boutiques, jardines y fuentes.

El último sitio visitado durante este viaje también fue en Francia. Una auténtica maravilla: El Mont Blanc. Entre Francia e Italia. Es el pico más alto de la unión europea con una altura de 4810’06 msnm, y uno de los más elevados del resto de Europa.

Arriba del todo hay un mirador con el suelo de cristal donde puedes hacer una de las fotos con las vistas más impresionantes. 

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